Decorados: imaginación al poder
Hemos hablado del escenario, del propio teatro y hasta de los exteriores. También del atrezzo, del vestuario y el maquillaje. Pero no habíamos dedicado todavía ningún estreno a los decorados, esa parte que a veces no percibimos pero que puede determinar el éxito o el fracaso de una obra. El piano de Sam de Casablanca, el carro de Lo que El Viento se llevó o el teléfono de ET El Extraterrestre son una referencia por la que cualquier coleccionista mataría. Como el árbol de Navidad en cualquier representación del Cascanueces que se precie.
También nosotros tenemos nuestro propio decorado. En muchos casos, orgánico e institucional, personal en otras pero, las más de las veces tan improvisado e ingenioso que recuerda a aquel lema de Mayo del 68, Imaginación al poder.
Pero vayamos por partes. La salas de vistas tienen, o suelen tener, su bandera y su fotografía…
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